Título: Virgen del Canciller Nicolás Rolin,
catedral de Autun.
Autor : Jan Van Eyck
Gótico flamenco, 1435
Técnica : óleo sobre tabla, 66x62cm
Localización : Museo del Louvre, París
Iniciado el
camino de la búsqueda de la realidad ya en Italia, quien se entregará en el
norte a este nuevo empeño del arte fue Jan van Eyck que con sus revolucionarios
descubrimientos llegará a una cota de representación de la naturaleza jamás
alcanzada hasta las fechas.
Jan van Eyck
estuvo relacionado con la corte de los duques de Borgoña, la corte europea que
más destacó en la promoción del arte por aquellas fechas de la mano del duque
Felipe el Atrevido.
En alguna obra
anterior a esta, como el Políptico de Gante, ya despliega todos sus recursos
gracias a la técnica empleada, el óleo, que le permite llegar a ese elevado
grado de realismo en sus obras aunque todavía no conozca las leyes de la
perspectiva. Pero lo logra a través de la paciente observación de los detalles
de la realidad y se recrea en las calidades de objetos, de los paisajes y los
personajes.
Esta pequeña
tabla que nos ocupa fue encargada y luego donada por Nicolás Rolin a la catedral de Autun, personaje que
ascendió en la corte de Borgoña hasta llegar a ser canciller en 1422 cuando la
corte ya había sido trasladada de Dijon a Flandes. El Canciller Rolin se
convirtió en un hombre poderoso y rico pero también con muchos enemigos, lo que
propició la pérdida del favor del duque.
Jan van Eyck
representó al canciller Rolin arrodillado piadosamente en un reclinatorio, en
el que descansa sobre un libro abierto , frente a la Virgen con el Niño, casi de
tú a tú y sin mediación de ningún santo. El canciller mira cara a cara al Niño
Dios, que lo bendice. Su actitud dista mucho de ser humilde; antes bien , su
soberbia parece amedrentar a María que parece no atreverse a responder a su
mirada altiva. Rolin va ataviado con un vestido brocado de oro y forrado de
piel. Nicolás Rolin no es el donante temeroso de Dios o el enfermo y humilde Canónigo
Van der Paele pintado también por van Eyck. Es un personaje en el cénit de su
carrera, que expone su triunfo personal y se presenta con orgullo.
Aparentemente ,
lo profano nunca ha estado tan cerca de lo sagrado. Los personajes aparecen en
el interior de una logia medieval abierta a través de tres arcos a una terraza
con un jardín cerrado y lleno de hermosos animales, plantas y flores. Dos
hombres curiosean y nos llevan la mirada a un paisaje cruzado por un río, con
islotes poblados, un puente y una ciudad con bellos edificios. El aposento del
canciller con sus ricos mármoles , suelo ajedrezado y vidrieras en los
ventanales nos transporta a un ambiente lujoso.
Sobre el
significado de la obra se han planteado diversas hipótesis. Algunos estudiosos
creen ver una confesión . Algunos elementos representados relacionados con los
siete pecados capitales así podrían atestiguarlo sobre todo los relieves del
pilar del ángulo izquierdo , por encima de la cabeza del canciller. En ellos
figuran la expulsión de Adán y Eva del Paraíso (soberbia) , Caín matando a Abel
(envidia) y la embriaguez de Noé ( gula) y del otro lado de la pintura aparecen
relieves alusivos a la lujuria, la ira, la avaricia y la pereza.
Pero para ser un
acto de confección faltarían la humildad y el arrepentimiento en la figura del
Rolin.
También se ha
planteado que la ciudad representada sería la Jerusalén celeste que ambientaría
un momento de gloria del cardenal.
En cualquier
caso lo que sí parece recoger van Eyck es la soberbia del cardenal en un momento
álgido de su brillante carrera política.
En esta tabla el
arte flamenco alcanza su máximo esplendor en la descripción de lo material ,
del detalle tanto de lo cercano como de lo más lejano.
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