viernes, 5 de mayo de 2017

EL GUERNICA POR GIULIO CARLO ARGAN


Texto de Giulio Carlo Argan
En 1937 la situación política se encontraba en un momento de ruptura. Tras haber tolerado el amenazador rearme alemán y el golpe de fuerza italiano en Etiopía, las democracias burguesas asistían inertes a la tragedia española. Sabían que el triunfo de la reacción significaría el fin de la democracia en todo el mundo pero, por otra parte, temían acelerar el proceso revolucionario de las clases trabajadoras. En aquella turbia atmósfera de miedo e indecisión se abrió en París una gran Exposición internacional dedicada como siempre al trabajo, el progreso y la paz. España participaba en ella con intención política; quería invocar la solidaridad del mundo libre, demostrar que su proyecto suponía el desarrollo de la democracia en una país socialmente atrasado, advertir a la opinión pública que la guerra española podía ser el principio de una tragedia mundial.
Una de las paredes del pabellón español (que era obra de dos arquitectos racionalistas: Sert y Lacasa) la tenía que ocupar un mural de Picasso, el pintor español ya entonces aclamado como genio artístico del siglo. Hacía tiempo que Picasso se había definido políticamente, pues el año anterior había colaborado con la propaganda republicana por medio de dos seres de grabados. Parece ser que para el pabellón español de parís había pensado en una composición alegórica. Pero en abril se extiende la noticia de que unos bombarderos alemanes han atacado la vieja ciudad de Guernica sin otra intención que la de sembrar el pánico entre la población civil. De repente, Picasso decide que su obra será la respuesta a la atrocidad de aquella matanza. Nace así, en unas pocas semanas, Guernica, el único cuadro histórico de nuestro siglo. Digamos enseguida que Guernica no es una cuadro histórico porque represente un hecho histórico. Es la primera y decidida intervención de la cultura en la lucha política; Picasso responde a la destrucción creando una obra maestra. Desde aquel momento, y con Picasso a la cabeza, los intelectuales ejercerán una firme presión sobre los gobiernos democráticos para inducirlos a defender la democracia. No es exagerado afirmar que, en nuestro siglo y en relación con una problemática histórico-política, Guernica tienen la misma importancia que tuvo , en relación con la problemática histórico-religiosa, del siglo XVI el Juicio Universal de la Capilla Sixtina, la obra con la que Miguel Ángel interviniera con la autoridad de un genio en el problema más candente de su época, al sostener la tesis católica de la responsabilidad contra la protestante de la predestinación.
Picasso tienen una visión lúcida de la situación. La matanza de Guernica no es un episodio de la guerra civil española sino el principio de una tragedia apocalíptica. No describe ni representa el hecho, como hiciera por ejemplo Delacroix en la Matanza de Scio. No recurre a acentos oratorios, dramáticos ni patéticos. No supera la realidad histórica con una visión simbólica o alegórica. Todas estas soluciones habrían llevado a una representación quizá fuertemente emotiva, pero sustancialmente evasiva o catártica. Picasso no pretende denunciar un delito y suscitar indignación y piedad sino hacerle ver el delito a la conciencia del mundo civilizado y obligarle a juzgar y decidir. El cuadro no tiene que representar ni significar sino desarrollar una fuerza imperativa; y la fuerza no tiene que surgir del sujeto ni del contenido (ya que todos lo conocen, pues es un suceso sobradamente comentado) sino de la forma.
En Guernica no hay color; sólo están el negro, el blanco y el gris. Queda excluido que Picasso se sirviera de la monocromía para darle al cuadro una tonalidad oscura y trágica; todo es claro y las líneas marcan con decisión los planos destinados a colmarse de color, pero el color no esta, se ha ido. Queda excluido que la monocromía sirva para acentuar el efecto plástico-volumétrico, pues el relieve no está, se ha ido. El color y el relieve son dos cualidades con las que la naturaleza se da a la percepción sensorial, se da a conocer. Eliminar el color y el relieve es cortar la relación del hombre con el mundo; al cortarla ya no hay naturaleza ni vida. En cambio en el cuadro hay muerte; no está representada con los rasgos de la naturaleza o de la vida porque esa muerte no es el término natural de la vida sino su contrario. El arte es inteligencia de la vida como naturaleza, civilización e historia: éstas son las cosas que la violencia mortal arranca del mundo, suprime. Al matar a los ciudadanos de Guernica, los aviadores alemanes mataron a la civilización. Entonces, todos los ciudadanos del mundo tienen que elegir: no se puede querer a la vez la civilización y el nazismo, como tampoco la vida y la muerte.
Naturalmente, un artista no pronuncia un juicio tan decisivo ni pone al mundo ante un dilema tan perentorio a menos que sea consciente de su propia autoridad moral y del significado histórico de su propio gesto. La visión de Guernica es la de la muerte en acción: el pintor no asiste al hecho con terror y piedad (los términos de la representación según Aristóteles) sino que está dentro del hecho; no conmemora ni compadece a las víctimas sino que está entre ellas. Con él muere el arte, la civilización cuya finalidad era el conocimiento y la inteligencia plena de la naturaleza y de la historia. Guernica tienen el esqueleto del cuadro histórico-clásico , y decimos el esqueleto porque precisamente porque el arte clásico, con la plenitud de sus formas y el esplendor de sus colores, está muerto. El cuadro está compuesto como un Rafael o un Poussin: hay simetría, perspectiva, gradación de valores y ritmo creciente de acentos. Simetría: el eje medio de la pared blanca, los pilares verticales del toro a la izquierda y la figura con los brazos levantados a la derecha; perspectiva: las figuras de los caídos del primer plano, los planos en perspectiva del fondo, el biselado de la ventana; gradación de valores: la alternancia de los blancos , los negros y los grises; ritmo creciente: desde el acento notablemente oratorio del caído que aprieta en  su puño la espadadota hasta el relincho lacerante del caballo herido de muerte. Pero al orden clásico superpone una descomposición formal de tipo claramente cubista; un lenguaje, pues, netamente moderno que el mismo Picasso había creado treinta años antes.

Recordemos Les demoiselles D´Avignon: por vez primera un cuadro no representaba un espacio en el que ocurría algo, sino que era un espacio en el que algo estaba ocurriendo.

Os cuento El Guernica, traducción del blog Didatticarte

Vi racconto Guernica por Emanuela Pulvirenti

Hoy ha sucedido. Es bastante raro que suceda pero hoy ha sucedido. He contado la historia de Guernica y de la homónima obra de Picasso en el aula y se ha creado una atmósfera suspendida en un silencio y una implicación que pocas obras logran crear.
Es una tela intensa, vibrante y cuando hablo de ella siento toda la emoción y la conmoción que me suscita. Recuerdo que una vez una estudiante me dijo: “Profesora, cuando habla de Picasso le brillan los ojos…”Y he aquí lo que hoy he contado a mis perezosos alumnos de quinto.


Esta obra testimonia mejor que ninguna otra la participación apasionada de Picasso en el sufrimiento humano y su furibundo juicio moral sobre la violencia sanguinaria. La gran tela se inspiró en el trágico bombardeo, acaecido el 26 de abril de 1937, en la ciudad vasca de Guernica durante la Guerra civil española (1936-1939) obra de la aviación nazi-fascista. Se trató de un bombardeo aéreo durísimo, uno de los primeros de la Historia, en el que perecieron centenares de civiles mientras la ciudad fue devastada y en buena parte arrasada.




Entre tanto, en enero de aquel año, Picasso había recibido el encargo de realizar un gran mural para el pabellón español de la Muestra Internacional de París prevista para el verano. Hasta abril no había realizado nada pero la terrible noticia del episodio de Guernica, que estaba indignando a toda Europa, llevó al artista a una elección muy fuerte, una posición de condena y de compromiso social que nunca se había visto en las obras de Picasso.

Como Goya en los Fusilamientos del 3 de mayo de 1808, también Picasso se posiciona de parte de los oprimidos “porque ante un conflicto que pone en juego los más altos valores de la humanidad, los artistas no pueden quedar indiferentes.” Así, solo seis días después del bombardeo, Picasso comenzó a trabajar en el mural y , en apenas un mes y medio, empujado por un increíble furor creativo, realizó una cincuentena de esbozos y bosquejos.

La técnica utilizada por Picasso, óleo sobre lienzo, no es un trabajo en curso en cuanto que el pintor tenía un plazo de vencimiento que respetar y trabajó en modo febril completando en dos meses la obra y terminándola el 4 de Julio de 1937. El trabajo está documentado por una serie excepcional de fotografías, sacadas por su compañera Dora Maar, que siguen todas las mutaciones del proyecto hasta la redacción final. Los elementos de la composición, intensamente dotados de valores simbólicos, son estudiados individualmente y luego ensamblados.
Se puede observar como en la primera escritura había un puño cerrado en alto, dirigido hacia el Sol, elementos que desaparecieron en la versión final, quizás porque el gesto del puño contiene una connotación política que el artista no quería dar: no es una lucha entre derechas e izquierdas, es algo más universal. Es el mal que el hombre que consigue hacer a sus iguales, es el sueño de la razón que genera monstruos, por citar de nuevo a Goya.

Picasso, al pintar cada figura, reinterpreta obras del pasado como El incendio del Borgo de Rafael, la Tragedia de los Inocentes de Guido Reni y la ya citada Los fusilamientos de Goya. En la figura del caballo denunciaría incluso la memoria del “Triunfo dela muerte“del Palcio Sclafani, hoy conservada en el palacio Abatellis en Palermo ( en 1917 el pintor ya había hecho un viaje a Italia pasando por esta ciudad y en una carta a Guttuso declaró haberse inspirado en el gran fresco siciliano)

Picasso no hacía nunca un misterio de sus múltiples fuentes de inspiración. Le encantaba decir “A mí me gusta toda la pintura” y “Los buenos artistas copian, los grandes artistas roban”. Son de hecho innumerables las obras en las cuales el pintor reinterpreta sujetos de los artistas del pasado, para él el arte no envejecía jamás. Pero en El Guernica Picasso ha dejado un mensaje aún más preciso: es toda la cultura de Occidente la que está siendo violada en un acto brutal por la barbarie de la guerra.



El estilo puede ser definido todavía como cubista, por la visión simultánea de varias partes del objeto, si bien el cubismo no era un movimiento comprometido desde el punto de vista político. Los cuerpos están descompuestos, simplificados, el espacio se fragmenta con ellos.
El soldado caído, en particular, es una síntesis extrema de las formas humanas. (…)
Uno de los elementos lingüísticos más evidentes en el Guernica es la ausencia de color, el empleo exclusivo de los tonos grises y de colores apagados. Alguien ha avanzado la hipótesis de que esta paleta habría sido sugerida a Picasso por las dramáticas fotos en blanco y negro que documentaban la tragedia. Es muy probable que , dado que la variedad cromática transmite normalmente vitalidad, Picasso haya elegido el no-color para evocar la muerte y la pérdida de esperanza.


La escena está dominada por la luz de la bombilla, que ilumina el espacio circundante, al que hace contrapunto el quinqué sostenido por una mujer. La ambientación es interior puesto que la bombilla es un objeto doméstico pero también exterior, como se evidencia de los edificios en llamas. Esta simultaneidad de la visión no es un elemento cubista, sino una forma para endurecer el horror del bombardeo que de repente destroza los edificios exponiendo de manera despiadada a la vista la intimidad doméstica.
El mismo espacio se fragmenta en astillas que se inoculan entre las figuras de hombres , mujeres y animales aterrorizados y atrapados en su fuga.En la parte extrema izquierda una madre lanza al cielo su grito desgarrador mientras aferra entre sus manos a su hijo muerto, como si fuera una Piedad moderna. A la derecha parece hacerle eco el grito desesperado de otro personaje que tiende las manos hacia el cielo. En el centro un caballo herido , símbolo del pueblo español relincha dolorosamente.

El toro con ojos humanos, a la izquierda en alto, es símbolo de la violencia y la bestialidad. Otra mujer se asoma desesperadamente a una ventana sosteniendo el quinqué , una alusión a la regresión a la cual la guerra civil conduce. En el suelo, entre la carnicería, se asiste al horror de los cadáveres destrozados.
A la izquierda una mano estirada, con la línea de la vida dividida en diminutos segmentos. Exactamente en el centro de la pintura una mano sostiene una espada en pedazos sobre el fondo de una flor intacta símbolo de la vida y de la esperanza que se impondrá a pesar de todo sobre la muerte y la barbarie.


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È stato un monologo di quasi un’ora; ho disatteso tutte le regole per una lezione efficace, niente learning by doing, niente presentazione impeccabile proiettata su LIM. Eppure ha funzionato! Gli studenti avevano solo l’immagine del quadro sul libro e io ho raccontato l’opera. In questi casi non serve la didattica 2.0, la flipped classroom e le nuove teorie sulle tecnologie digitali: basta far parlare l’arte…


PICASSO

Es inclasificable porque asume y reinterpreta las vanguardias. Antes de inventar el Cubismo pasa por varias etapas: Realista, Postimpres...